viernes, 30 de mayo de 2014

A werewolf boy


 Hoy quiero hacer esta entrada sobre una película que me sorprendió bastante y que superó mis expectativas. A werewolf boy, protagonizada por Song Joong Ki (mi coreano favorito junto con Jang Keun Suk no puedo elegir uno entre los dos), a pesar de que al principio no quería verla porque pensé que sería como la versión coreana estilo Twilight, pero con el hombro lobo de protagonista en lugar del vampiro, después me decidí a verla sólo por el actor, y ahora lamento no haberla visto antes.


  Durante la película Joong Ki debe tener con suerte cuatro líneas, pero ni siquiera sientes el peso de su silencio durante las dos horas de lo que podría considerar como una nueva versión del joven manos de tijera. Es una peculiar historia de amor y con un contenido bastante profundo, a pesar de que muchas escenas son predecibles y no está exenta de los clichés románticos, contiene humor en la medida justa. Otro punto en contra es el hecho de que hay muchos vacíos en la trama y el guión, por ejemplo, nunca sabes exactamente como se convirtió en hombre lobo; tiene un escaso elenco de personajes, pero todos cumplen un papel importante para el desarrollo de la historia. Además, hasta el final de la película se expresa un mensaje, no hay escenas perdidas en ese punto. Contar más sería llenar de spoilers, pero la recomiendo completamente. Me recordó mucho a Hidamari no kanojo, por el momento son mis películas favoritas de este año.

Ahora espero el international Fashion Show, será mi primera vez asistiendo a algo similar, espero sea muy bueno.



lunes, 26 de mayo de 2014

(Review) La casa de las bellas durmientes

Hace un tiempo deseaba escribir de los libros que tengo en mi lista de pendientes, pero que por distintos motivos no podía leer, hoy al fin pude terminar uno La casa de las bellas durmientes (眠れる美女) de Kawabata Yasunari .


Este libro japonés narra la historia del viejo Eguchi de sesenta y siete años y sus visitas a una casa secreta llena de misterios, y desconocida por una gran parte del pueblo donde vive, en donde se encuentra una codiciosa e ordinaria mujer administra del burdel característico por permitirle a los viejos pasar las noches con jóvenes vírgenes narcotizadas. Aquí es donde el protagonista recuerda su relación con distintas mujeres de su vida mientras admira los cuerpos dormidos, prácticamente muertos, de las jóvenes que lo acompañan durante esas noches.


La vejez, la constante llamada de la muerte, erotismo, los recuerdos, el significado e importancia de la mujer son algunos de los elementos destacados en esta novela expresados en distintas metáforas y simbolismos propios de la literatura asiática, y que por lo mismo a veces son difíciles de captar y entender. Lo que encontré más atractivo fue las detalladas descripciones que el autor nos entrega en cuanto a lo que el viejo Eguchi ve y recuerda, todos los sentidos son capaces de disfrutar la historia. Sin embargo, hay una visión bastante machista de la mujer en la sociedad japonesa en estos cuerpos postrados y sin capacidad de expresión más allá de pequeños reflejos naturales e incontrolables (gracias a los cuales sabemos que están vivas, no simple cadáveres). Considerando la sociedad en la que se desarrolla la trama no es algo que deba sorprender, pero el hecho de que sean simples entes narcotizados con la capacidad de producir gran deseo sexual permite que se note aún más el rol con el que son vistas. 

Leyendo la historia lo primero que uno recuerda es Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez, esto es debido a que fue inspirada por La casa de las bellas durmientes, pero personalmente siempre voy a preferir la expresión del continente asiático, el libro está lleno de entrelineas que quieres ser capaz de ver y entender, estoy segura que cuando lo lea por segunda vez encontraré más detalles. 

Es inevitable no recrear los distintos recuerdos del protagonista en nuestras propias cabezas, las distintas alusiones al suicidio y la violencia se complementan con el sonido de las olas y el color rojo de las cortinas de la habitación en donde principalmente se desarrolla la historia, no se muestran con un significado malo o con una visión religiosa, son una parte de la expresión del viejo Eguchi con respecto a su propia vida y la constante duda, y un poco de negación también, de si había alcanzado la vejez y si la muerte estaba cerca de él o no. Todas las preguntas retóricas del protagonista nos hacen reflexionar a los lectores también y nos permite conectarnos con nuestros propios miedos y esos recuerdos vagos de nuestra vida que a veces aparecen en nuestra mente y de los cuales extraemos poco o nada, pero que siguen siendo parte de nuestra historia.

En resumen es un libro recomendable para leer en un momento tranquilo y sin prisa, diría que se disfruta más si se lee con pausas y no por completo en unas horas. Es primera vez que leo algo de Kawabata Yasunari, y me llevo una agradable impresión. Espero pronto poder leer otras novelas de él.