sábado, 13 de junio de 2015

(Review) The North Korean Films of Shin Sang-ok

The North Korean Films of Shin Sang-ok 
Por Johannes Schönherr



      Si se habla de cultura de masas, Corea del Sur es el mayor ejemplo con la rápida e influyente expansión de la ola coreana, sin embargo, esta ola “coreana” sólo se resume al territorio coreano del sur; para Corea del Norte el uso de la cultura popular se considera como una herramienta utilizada y controlada por el partido. Por lo tanto, a pesar de que la cultura popular más conocida es la de Corea del Sur, eso no implica que los norcoreanos no desarrollaran una cultura de masas. En el cine, Corea del Norte también se ha basado en la idea de una herramienta de propaganda y difusión política del partido, motivo por cual en sus películas se destaca la promoción de los grandes líderes sin la real aparición de estos, además de la exposición de mujeres fuertes en los papeles protagónicos que no signifiquen una amenaza al régimen liderado por los Kim. Sin embargo, la industria del cine norcoreano reside en la paradoja de que los mayores éxitos de su industria fueron creados por el surcoreano Shin Sang-ok desarrollándose un antes y un después dentro de las películas norcoreanas. 
      
      En el artículo de Schönherr se realiza una descripción y resumen de la historia del cine norcoreano antes de la llegada del director de cine surcoreano Shin y la ideología presente en Corea del Norte, la aparición de Kim Jong-il en la escena del cine, la carrera de Shin antes de su trabajo en norcorea; y finalmente la llegada de éste en 1978 en la industria del cine norcoreana junto con los cambios que sufrirá luego de su llegada; además de la descripción y exposición de las principales películas realizadas por Shin Sang-ok: Doraoji annun miisa (un emisario sin retorno); Sarang, sarang, nae sarang (amor, amor, mi amor); Talchulgi (Desertor); Sogum (salt); Sincheongjeon (Los cuentos de Shim); y Pulgasari. Shin Sang-ok fue un reconocido director de cine que realizo distintos trabajos en los países de Corea del Sur, Corea del Norte, Estados Unidos, Japón, y Hong Kong, sin embargo, su período de mayor fama fue su transcurso en Corea del Norte debido a la introducción de nuevos conceptos e ideas que introdujo desafiando las restricciones impuestas por el régimen. El principal objetivo del cine norcoreano era plasmar la idea de que “luego de los 5000 años de miseria, Kim Il-sung finalmente apareció y se hizo cargo del país.”1 (Schönherr, 2011, p.4) Corea del Norte quería crear un medio que alcanzará a todos los estratos sociales basándose en una fuerte respuesta emocional de los espectadores, sin embargo, eso parecía estar fallando. Sólo se desarrollaron películas que no convencían a la sociedad, debido a esto Kim Jong-il entrega un guía para la creación de películas instaurando los primeros y efectivos cambios en la industria del cine. Luego, con la llegada de Shin comienza el desarrollo de películas dirigidas por un versátil director con experiencia en películas históricas hasta dramas. Kim Jong-il quería impulsar el cine a pesar de las desventajas en especialización y tecnología que poseía el país, él deseaba competir internacionalmente, abrir Corea del Norte a través de la industria del cine. 

      En el texto se plantean los diversos propósitos y aspiraciones de Kim Jong-il en el cine, cómo se representaba el deber filial de los ciudadanos y su poder frente a ellos. Debido a esto, Shin Sang-ok obtuvo completa libertad para grabar. Incluso se recreó realmente la quema de un tren sólo para una escena final de sus películas con la excusa de que no podía realizarlo con efectos especiales debido a la falta de tecnología. Por lo tanto, “Kim Jong-il y por extension, las autoridades norcoreanas, harían todo lo que fuera necesario para mejorar el impacto de las películas de Shin”2 (Schönherr, 2011, p.15). Lo importante era sobresalir y lograr películas de calidad que lograran abrir Corea del Norte a otras naciones, exportar su propaganda de forma más amena no sólo para sus ciudadanos sino también para los extranjeros. Sin embargo, a pesar del discurso de querer competir internacionalmente Corea del Norte mantenía su hermetismo y nacionalismo. Grabar en el extranjero no significaba que las temáticas de sus películas incluyeran de forma apropiada otra cultura o extranjeros como tal de modo que “prácticamente todos los personajes occidentales en las películas norcoreanas fueron representados por un coreano teñido rubio”3 (Schönherr. 2012, p.12). Por lo tanto, el cine norcoreano vivía en la paradoja del discurso político dispuesto a hacer lo que sea y entregar todo lo que necesite Shin Sang-ok para sus películas en contra de los límites sociales y la información a la que los espectadores podían acceder. Entonces, la pregunta es ¿cuál de los dos era más importante para Kim Jong-il? En el cine, al parecer, la producción de películas de calidad. 

      La mencionada responsabilidad de la producción de películas de calidad fue entregada a Shin Sang-ok quien introdujo elementos modernos y temáticas novedosas para la reprimida sociedad norcoreana como el amor e incluso la alusión a besos entre los protagonistas en Sarang, sarang, nae sarang. Él incluso desarrolló musicales sobre historias a las que ya había realizado una versión durante su carrera previa en Corea del Sur como Sincheongjeon, Por otro lado, Shin también introdujo un estilo más hollywoodense con la película Pulgasari, la primera película de monstruos norcoreana inspirada en la historia de Godzilla. Fue tal el impacto de esta película que llegó a ser el trabajo más conocido de Shin Sang-ok e incluso se convirtió en una película de culto para los cinéfilos de todo el mundo. Por lo tanto, el director surcoreano desarrolló su época de mayor esplendor en las tierras norcoreanas, disfrutando de la mayor libertad alcanzada respecto a la grabación de sus películas. No obstante, Shin aseguró haber sido secuestrado, junto con su ex esposa, por el régimen mientras se encontraba en Hong Kong, y a pesar de haber tenido la oportunidad de escapar mientras se encontraba grabando en Munich Sincheongjeon no lo hizo y regreso a las tierras norcoreanas. Debido a esto, surgen dudas de si fue realmente secuestrado o si fue por decisión propia a desarrollar sus películas con mayores libertades y que luego de alcanzar mayor renombre como director decidió irse con el objetivo de exportar su carrera internacionalmente, puesto que si no hubiera escapado asegurando que fue secuestrado no hubiera podido volver a trabajar en Corea del Sur. 

      Finalmente, la industria del cine norcoreano tiene un antes y un después de la llegada de Shin Sang-ok, sin embargo, se mantiene intacta su principal función de ser utilizada como otra herramienta de propaganda política y difusión del partido. El director surcoreano moderniza la industria e incluye temáticas que hasta ese momento no eran explotadas en sociedad norcoreana debido a las limitaciones impuestas por el régimen como el amor interpersonal, monstruos, musicales, y los problemas familiares. El cine enfrenta la disyuntiva del control del partido contra la aspiración de competir internacionalmente bajo la dirección de un director surcoreano de quien aún se mantiene en duda el motivo real de su carrera norcoreana. Es gracias a la industria del cine los norcoreanos logran un escape de la cruda realidad que tenían que enfrentar.
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1 Cita original: “After those 5000 years of misery, Kim Il-sung finally appeared and took care of the country.” 
2 Cita original: “Kim Jong-il and by extension, the North Korean authorities, would do anything to further the impact of Shin’s films.” 
3 Cita original: “almost every Western character in North Korean cinema had been played by a blond-dyed Korean.”


Referencias 

Schönherr, J. (Marzo de 2011). The North Korean Films of Shin Sang-ok. Shakai shisutemu kenkyū(22), 1-22.

Review: The Potential of Fandom and the Limits of Soft Power: Media Representation on the Popularity of a Korean Melodrama in Japan

The Potential of Fandom and the Limits of Soft Power: Media Representation on the Popularity of a Korean Melodrama in Japan
Por Kaori Hayashi y Eung-Jeung Lee

Foto extraída de Koreantimes

      En la actualidad se mantiene la discriminación y segregación entre los distintos países de Asia, el nacionalismo y los recuerdos históricos siguen siendo preponderantes en cuanto a la imagen que cada país posee dentro de la región. Sin embargo, las nuevas generaciones y los grupos de fanáticos o fandoms están rompiendo la barrera del nacionalismo y el lenguaje a través del internet. A pesar de la gran influencia del anime, manga, idols, las series, el cine y la literatura nipona; es la ola coreana o hallyu la que está abarcando e influenciando distintas naciones, incluyendo regiones tan alejadas como Latinoamérica, en donde no sólo está la barrera del lenguaje sino también una gran barrera cultural e histórica. Entonces, la gran interrogante es cómo un grupo de personas puede llegar a ser tan influyente en las relaciones que diferentes naciones mantienen, ¿cómo es posible que puedan hacer que un país llegue a ser un tema de interés en todo el mundo tan solo con la música o los dramas televisivos?

      En el artículo de Kaori Hayashi y Eung-Jeung Lee se ejemplifica el soft power de Corea con el fandom japonés, específicamente femenino, creado a partir del drama Winter Sonata. En él se presentan las dos visiones de la ola coreana, qué piensa Japón de ella, y qué significa para Corea este nuevo medio de difusión de su cultura y llegada con los países vecinos. Para el país nipón, se ve como una amenaza y con rechazo por sus ciudadanos, el fandom es un fenómeno social, prácticamente femenino, asociado a una parte de la población irracional dominada por una cultura foránea, además se intenta minimizar los efectos de la ola coreana basándose en esa idea del fandom en los medios de comunicación nipones. Por el contrario, Corea ve favorablemente la exportación de sus dramas y el soft power que se está desarrollando con sus vecinos de Asia del Este, principalmente en el país nipón; se considera como una respuesta y resistencia post colonial. Mientras que otros críticos ven en esta difusión una oportunidad de crear una identidad asiática que pueda competir con Occidente, o desde una perspectiva de géneros, se considera a esta influencia coreana en Japón como un empoderamiento de la típica dueña de casa nipona, la mujer no sólo se presenta como mujer y no como madre o esposa, sino que además permite acercar a ambas naciones mediante un intercambio cultural, que distintos sitios o foros con otras fanáticas, le permiten acceder a mayor información sobre el país de interés y no tener exclusivamente una idea que su propia nación le imponga. Por lo tanto, el tema principal, y de interés, en el artículo es el poder e influencia del fandom, qué es y qué representa; y como éste es un ejemplo concreto del nuevo imperialismo cultural de Corea dentro de sus vecinos asiáticos.

      Sin embargo, a pesar de que en el texto se plantea la idea del fandom como soft power, esta es finalmente descartada por los autores. A pesar de que es un hecho de que la ola coreana sí generó una influencia en sus vecinos asiáticos, aun cuando el 2004 en Japón no se generó un gran impacto y solo se resumió a las fanáticas del drama. Es una generalización basada en las principales interpretaciones japonesas sobre la ola coreana. Además, en la percepción coreana del fenómeno no se considera el contra impacto de esta misma difusión de su cultura, tal como el critico de cine Sim Yong-Sop plantea: "¿Cambiará por completo su percepción [refiriéndose a las fanáticas] de Corea si llegaran a venir a nuestro país para conocer a Yon-sama?”1 (Kaori Hayashi, Eun-Jeung Lee, 2007, p.212). Esta es una gran interrogante, ya que Corea se enorgullece de esta nueva puerta que le permite abrirse e insertarse en distintas zonas del mundo, pero no considera el tipo de imagen que está desarrollando en el exterior. Entonces surge la pregunta de si los grupos de fanáticos, que son los principales embajadores de su cultura en las distintas naciones, realmente conocen el país de Corea o solo se está propagando una idealización de éste. En ese sentido, es cuestionable el alcance que esta difusión cultura tiene.

      Los fandoms, y las personas que escuchan de Corea gracias a estas personas, piensan que la sociedad coreana es lo que ven en dramas, esperan encontrar gente que luzca igual a los artistas que siguen, sin embargo, no tienen una opinión propia sobre la división de Corea, o el surgimiento económico de éste; tienden a obviar la historia, y en la mayoría de los casos no tienen como meta concreta el viajar a Corea, sino que lo relegan a un simple sueño mientras difunden "lo que saben" dentro de su propia región. Por otro lado, es preocupante que Corea adopte una visión de superioridad de su cultura, tal como un financista coreano expresó: "La noticia de que la extensión de la ola coreana se está expandiendo como el viento, y aún más en Japón, un país que evoca nuestros sentimientos patrióticos, me enorgullece como coreano” 2 (Kaori Hayashi, EunJeung Lee, 2007, p.209). Corea se centra en la connotación de este intercambio cultural para su pueblo, sin ver más allá de la forma en la que se trata dicha influencia en los otros países. Es cierto que la mayoría de los fanáticos se han convertido en embajadores culturales que han ayudado en gran medida a la imagen de Corea en el resto del mundo, se han preocupado de acercar ambas culturas, sin embargo, no se puede obviar el gran número de personas que solo está creando una ilusión de lo que realmente es Corea del Sur. 

      Otra limitación es referirse solo a la población femenina como las "personas irracionales y manipuladas del fandom" y plantearlas como un mero objeto comercial. A pesar de que se plantea la opción de que el drama Winter Sonata fue una liberación de la mujer, y un símbolo de empoderamiento de ellas, se termina estereotipando a las mujeres con la idea de otredad o alteridad. Se separa al "racional, intelectual japonés" del "emocional, y no educado coreano" (Kaori Hayashi, Eun-Jeung Lee, 2007, p.207). Finalmente, se sigue considerando a la mujer como un subalterno dominado no solo por la sociedad, sino que principalmente por sus maridos, y para desvalorizar su discurso se termina ridiculizando en los medios de comunicación, quienes venden la imagen de mujeres mayores u obāsan que llenan y descontrolan aeropuertos, o que incluso son capaces de llorar por su protagonista. Es entonces en donde radica de si realmente el fandom al que se refieren los autores tiene tanto poder y esperanzas para el futuro si está compuesto solo por mujeres mayores sin la capacidad de liberarse de su condición de subalterno. 

      Finalmente, el fandom y la influencia de los medios de comunicación, principalmente el internet, han creado un nuevo tipo de relación entre países. Son los propios fans quienes buscan la forma de obtener mayor información sobre Corea más allá de la información de la que pueden acceder en su propio país. Por lo tanto, Corea y Japón han entrado en una nueva forma de relación basada en el intercambio cultural que los propios fan clubs pueden crear. Pero, aún falta observar los cambios del fandom en la actualidad, definir quienes componen dicho grupo, y si tendría el mismo poder del que se habla si se considerará la población masculina de éste.

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1 Cita original “Will their perception of Korea change at all if they come to Korea in order to see Yon-sama?"
2 Cita original: “the news that the wind of the Korean Wave is blowing abroad, and even more so in Japan, a country that evokes our patriotic feelings, fills me with pride to be a Korean"


Referencias

Kaori Hayashi, Eun-Jeung Lee. (Octubre de 2007). The Potential of Fandom and the Limits of Soft Power: Media Representation on the Popularity of a Korean Melodrama in Japan. Social Science Japan Journal, 10(2), 197-216. 10 de Abril 2015, De jstor Base de datos.