The Potential of Fandom and the Limits of Soft Power: Media Representation on the
Popularity of a Korean Melodrama in Japan
Por Kaori Hayashi y Eung-Jeung Lee
Foto extraída de Koreantimes
En la actualidad se mantiene la discriminación y segregación entre los distintos
países de Asia, el nacionalismo y los recuerdos históricos siguen siendo preponderantes
en cuanto a la imagen que cada país posee dentro de la región. Sin embargo, las nuevas
generaciones y los grupos de fanáticos o fandoms están rompiendo la barrera del
nacionalismo y el lenguaje a través del internet. A pesar de la gran influencia del anime,
manga, idols, las series, el cine y la literatura nipona; es la ola coreana o hallyu la que
está abarcando e influenciando distintas naciones, incluyendo regiones tan alejadas
como Latinoamérica, en donde no sólo está la barrera del lenguaje sino también una
gran barrera cultural e histórica. Entonces, la gran interrogante es cómo un grupo de
personas puede llegar a ser tan influyente en las relaciones que diferentes naciones
mantienen, ¿cómo es posible que puedan hacer que un país llegue a ser un tema de
interés en todo el mundo tan solo con la música o los dramas televisivos?
En el artículo de Kaori Hayashi y Eung-Jeung Lee se ejemplifica el soft power de
Corea con el fandom japonés, específicamente femenino, creado a partir del drama
Winter Sonata. En él se presentan las dos visiones de la ola coreana, qué piensa Japón
de ella, y qué significa para Corea este nuevo medio de difusión de su cultura y llegada
con los países vecinos. Para el país nipón, se ve como una amenaza y con rechazo por
sus ciudadanos, el fandom es un fenómeno social, prácticamente femenino, asociado a
una parte de la población irracional dominada por una cultura foránea, además se
intenta minimizar los efectos de la ola coreana basándose en esa idea del fandom en los
medios de comunicación nipones. Por el contrario, Corea ve favorablemente la
exportación de sus dramas y el soft power que se está desarrollando con sus vecinos de
Asia del Este, principalmente en el país nipón; se considera como una respuesta y
resistencia post colonial. Mientras que otros críticos ven en esta difusión una
oportunidad de crear una identidad asiática que pueda competir con Occidente, o desde
una perspectiva de géneros, se considera a esta influencia coreana en Japón como un empoderamiento de la típica dueña de casa nipona, la mujer no sólo se presenta como
mujer y no como madre o esposa, sino que además permite acercar a ambas naciones
mediante un intercambio cultural, que distintos sitios o foros con otras fanáticas, le
permiten acceder a mayor información sobre el país de interés y no tener
exclusivamente una idea que su propia nación le imponga. Por lo tanto, el tema
principal, y de interés, en el artículo es el poder e influencia del fandom, qué es y qué
representa; y como éste es un ejemplo concreto del nuevo imperialismo cultural de
Corea dentro de sus vecinos asiáticos.
Sin embargo, a pesar de que en el texto se plantea la idea del fandom como soft
power, esta es finalmente descartada por los autores. A pesar de que es un hecho de que
la ola coreana sí generó una influencia en sus vecinos asiáticos, aun cuando el 2004 en
Japón no se generó un gran impacto y solo se resumió a las fanáticas del drama. Es una
generalización basada en las principales interpretaciones japonesas sobre la ola coreana.
Además, en la percepción coreana del fenómeno no se considera el contra impacto de
esta misma difusión de su cultura, tal como el critico de cine Sim Yong-Sop plantea:
"¿Cambiará por completo su percepción [refiriéndose a las fanáticas] de Corea si
llegaran a venir a nuestro país para conocer a Yon-sama?”1 (Kaori Hayashi, Eun-Jeung
Lee, 2007, p.212). Esta es una gran interrogante, ya que Corea se enorgullece de esta
nueva puerta que le permite abrirse e insertarse en distintas zonas del mundo, pero no
considera el tipo de imagen que está desarrollando en el exterior. Entonces surge la
pregunta de si los grupos de fanáticos, que son los principales embajadores de su cultura
en las distintas naciones, realmente conocen el país de Corea o solo se está propagando
una idealización de éste. En ese sentido, es cuestionable el alcance que esta difusión
cultura tiene.
Los fandoms, y las personas que escuchan de Corea gracias a estas personas,
piensan que la sociedad coreana es lo que ven en dramas, esperan encontrar gente que
luzca igual a los artistas que siguen, sin embargo, no tienen una opinión propia sobre la
división de Corea, o el surgimiento económico de éste; tienden a obviar la historia, y en
la mayoría de los casos no tienen como meta concreta el viajar a Corea, sino que lo
relegan a un simple sueño mientras difunden "lo que saben" dentro de su propia región.
Por otro lado, es preocupante que Corea adopte una visión de superioridad de su cultura,
tal como un financista coreano expresó: "La noticia de que la extensión de la ola coreana se está expandiendo como el viento, y aún más en Japón, un país que evoca
nuestros sentimientos patrióticos, me enorgullece como coreano”
2
(Kaori Hayashi, EunJeung
Lee, 2007, p.209). Corea se centra en la connotación de este intercambio cultural
para su pueblo, sin ver más allá de la forma en la que se trata dicha influencia en los
otros países. Es cierto que la mayoría de los fanáticos se han convertido en embajadores
culturales que han ayudado en gran medida a la imagen de Corea en el resto del mundo,
se han preocupado de acercar ambas culturas, sin embargo, no se puede obviar el gran
número de personas que solo está creando una ilusión de lo que realmente es Corea del
Sur.
Otra limitación es referirse solo a la población femenina como las "personas
irracionales y manipuladas del fandom" y plantearlas como un mero objeto comercial. A
pesar de que se plantea la opción de que el drama Winter Sonata fue una liberación de la
mujer, y un símbolo de empoderamiento de ellas, se termina estereotipando a las
mujeres con la idea de otredad o alteridad. Se separa al "racional, intelectual japonés"
del "emocional, y no educado coreano" (Kaori Hayashi, Eun-Jeung Lee, 2007, p.207).
Finalmente, se sigue considerando a la mujer como un subalterno dominado no solo por
la sociedad, sino que principalmente por sus maridos, y para desvalorizar su discurso se
termina ridiculizando en los medios de comunicación, quienes venden la imagen de
mujeres mayores u obāsan que llenan y descontrolan aeropuertos, o que incluso son
capaces de llorar por su protagonista. Es entonces en donde radica de si realmente el
fandom al que se refieren los autores tiene tanto poder y esperanzas para el futuro si está
compuesto solo por mujeres mayores sin la capacidad de liberarse de su condición de
subalterno.
Finalmente, el fandom y la influencia de los medios de comunicación,
principalmente el internet, han creado un nuevo tipo de relación entre países. Son los
propios fans quienes buscan la forma de obtener mayor información sobre Corea más
allá de la información de la que pueden acceder en su propio país. Por lo tanto, Corea y
Japón han entrado en una nueva forma de relación basada en el intercambio cultural que
los propios fan clubs pueden crear. Pero, aún falta observar los cambios del fandom en
la actualidad, definir quienes componen dicho grupo, y si tendría el mismo poder del
que se habla si se considerará la población masculina de éste.
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1 Cita original “Will their perception of Korea change at all if they come to Korea in order to see
Yon-sama?"
2 Cita original: “the news that the wind of the Korean Wave is blowing abroad, and even more
so in Japan, a country that evokes our patriotic feelings, fills me with pride to be a Korean"
Referencias
Kaori Hayashi, Eun-Jeung Lee. (Octubre de 2007). The Potential of Fandom and the
Limits of Soft Power: Media Representation on the Popularity of a Korean Melodrama in Japan. Social Science Japan Journal, 10(2), 197-216. 10 de Abril
2015, De jstor Base de datos.
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